La lactancia prolongada ofrece múltiples ventajas para el desarrollo y la salud del pequeño a corto y largo plazo. A nivel nutricional, la leche materna se adapta continuamente a las necesidades del bebé, proporcionando una combinación óptima de vitaminas, carbohidratos, proteínas, grasas y ácidos grasos como el DHA que apoyan el desarrollo cerebral y visual.
Inmunológicamente, la leche materna refuerza significativamente las defensas del niño. Contiene inmunoglobulinas que crean una capa protectora en los intestinos, nariz y garganta, protegiendo contra virus, bacterias e infecciones. Los niños amamantados durante más tiempo se enferman menos y se recuperan más rápido de las enfermedades, además de tener menor riesgo de desarrollar alergias.
Cognitivamente, los beneficios son evidentes. Investigaciones demuestran que los niños amamantados más allá de un año presentan un cociente intelectual aumentado. Un estudio brasileño que siguió a 3500 niños desde su nacimiento hasta los 30 años encontró que quienes tomaron leche materna durante más de 12 meses obtuvieron resultados significativamente mejores en cociente intelectual, años de escolarización e ingresos en la vida adulta comparado con quienes la tomaron menos de un mes.
A largo plazo, la lactancia prolongada está asociada con la reducción de enfermedades metabólicas, obesidad, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer en la adultez. También se observa una mejora en la adaptación emocional, menor riesgo de maltrato infantil y mejor salud mental en la vida adulta.
Beneficios para la Madre
La lactancia prolongada protege significativamente la salud materna. Reduce considerablemente el riesgo de cáncer de mama y ovario, así como la incidencia de diabetes tipo 2, obesidad, hipertensión y algunas enfermedades cardiovasculares. A mayor duración total de lactancia, menor es el riesgo de desarrollar estas condiciones.
Además, puede retrasar la aparición de la menopausia y favorece la pérdida de peso postparto, siendo especialmente notable en mujeres que amamantan más allá de los seis meses. A nivel emocional, mejora significativamente el establecimiento del vínculo materno y disminuye la incidencia de depresión postparto.
Recomendaciones Internacionales
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, y mantener la lactancia complementada con otros alimentos hasta un mínimo de dos años y durante tanto tiempo como madre e hijo lo deseen. La Academia Americana de Pediatría es aún más clara, señalando que no ha establecido un límite superior para la duración de la lactancia, confirmando que niños amamantados hasta los 4, 5 o 6 años es poco frecuente pero no perjudicial.
Cómo Afrontar los Desafíos Prácticos
Establecer Rutinas y Espacios Cómodos
Para la lactancia prolongada es recomendable establecer un horario de alimentación en lugar de alimentar a demanda, lo que previene la dependencia del niño en la lactancia para consuelo. Elige entornos cómodos para amamantar; si no te sientes cómoda en público, puedes amamantar en casa o buscar espacios que ofrezcan privacidad.
Cuidado Personal de la Madre
La lactancia prolongada es físicamente y emocionalmente demandante. Mantente bien nutrida bebiendo abundante agua, comiendo adecuadamente y continuando con multivitaminas prenatales. Pide ayuda a tu pareja o familiares con tareas domésticas para dedicarte exclusivamente a la lactancia y al descanso cuando sea necesario.
Gestión de Críticas Sociales
Uno de los desafíos principales es el estigma cultural y el juicio social. En la mayoría de naciones occidentales, la lactancia prolongada no es considerada “normal”, lo que puede generar vergüenza y aislamiento.
Estrategias efectivas para manejar las críticas:
Saber que el juicio social se trata de controlar a los padres y que vendrá sin importar la decisión tomada puede aliviar el dolor emocional. Evita discusiones y permanece neutral para que la crítica no sea gratificante. Puedes invocar a tu pediatra u otro experto diciendo: “Mi pediatra dice que esta es la mejor opción para nosotros y usted no es mi médico”.
Establece límites claros y hazlos cumplir, por ejemplo: “Si sigues criticándome, me voy”. Responde con naturalidad y asertividad a los comentarios, sin dar lugar a conflictos. Una respuesta firme, sencilla y respetuosa, transmite confianza a tu hijo sobre la normalidad y positividad de lo que hacen juntos.
Estar informada y convencida de los beneficios científicos que sustenta la lactancia prolongada es fundamental para neutralizar el impacto de las críticas sociales.
El Proceso de Destete
Timing Adecuado
No hay un momento “óptimo” universal para destetar. El mejor momento es cuando la madre o el niño lo deseen. Naturalmente, sin interferencias, los niños se destetan entre los 2 y 7 años. Algunas señales de que el niño puede estar listo incluyen mostrar menos interés en el pecho en ciertos horarios o mayor interés en alimentos sólidos.
Destete Gradual
El destete debe ser un proceso lento y gradual para permitir que tanto el cuerpo como las emociones de ambos se adapten. Esto previene complicaciones como ingurgitación mamaria, conductos bloqueados, mastitis e impacto emocional.
Comienza reduciendo cada sesión de alimentación en 1 a 2 minutos durante unos días, luego continúa disminuyendo gradualmente. Si utilizas extractor de leche, reduce gradualmente tus sesiones de extracción.
Pasos Prácticos:
Empieza quitando la toma más cómoda para ambos (frecuentemente la del mediodía), sustituyéndola por otro tipo de leche. Reduce una toma aproximadamente cada semana hasta completar el destete. Presta atención a tus pechos para prevenir congestión y mastitis. Transita a un horario de alimentación establecido y crea nuevas rutinas que reemplacen la lactancia como mecanismo de consuelo.
El destete nocturno debe ser la última etapa del proceso, y solo debe iniciarse cuando la rutina diaria del niño esté bien establecida con horarios claros de comidas, juegos y siestas.
La decisión de sostener una lactancia prolongada es profundamente personal. Los beneficios científicamente documentados para la salud de madre e hijo, combinados con la vinculación emocional que genera, hacen de esta una opción valiosa cuando es elegida consciente y libremente.